Si camina como pato, grazna como pato… es pato

'¡Para qué están los amigos…!

Este dicho que se usa mucho en algunos países de Iberoamérica, bien se le puede aplicar a nuestro Fiscal General de Estado.

Y parece ser que así lo está viendo el magistrado que está instruyendo el caso de Álvaro García Ortiz en el Tribunal Supremo.

Igual que se detuvo hace unos meses al jefe de la sección de Delitos Económicos de la Policía en Madrid acusado de blanqueo de capitales y cohecho (el que debe luchar contra el crimen, cometiendo él mismo el crimen), nos encontramos también en el Ministerio Público, que quien debería promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad, se ha servido de ella para cometer una ilegalidad.

Pero al igual que al jefe de la sección de Delitos Económicos le han pillado, parece ser que al Fiscal General del Estado, también le han pillado.

Y por eso sigue ‘p’lante’ -como se dice ahora- este caso que si ya de por sí abochorna, con el intento de García Ortiz de aferrarse al cargo para proteger a su mecenas, avergüenza al mundo del derecho -también a las asociaciones de fiscales.

Pero como toda desgracia puede ir a más, nos encontramos que el fiscal García Ortiz, aspira a que el caso llegue pronto al Tribunal Constitucional donde jueces ‘amigos’ anulen la causa abierta. 

Y sabe que tiene tiempo, al menos hasta 2027, mientras el que manda sobre la Fiscalía siga en el cargo.

Da igual el borrado de mensajes, el cambio de teléfono, las llamadas eliminadas, la utilización de fiscales sometidos a su mandato… Camina, grazna y nada como pato, pero nos quieren convencer que no lo es.

Aunque siempre nos quedará París; en este caso Hazte Oír u otras acusaciones populares -mientras no las prohíban-.

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